ARQUEOLOGIA Y EDUCACION: EXPERIENCIAS Y REFLEXIONES.


El presente trabajo: "ARQUEOLOGIA Y EDUCACION: EXPERIENCIAS Y REFLEXIONES" fue presentado por Susana CAVELLINI, Del Museo Nacional de Antropología, en el VIII Congreso de Arqueología Uruguaya, realizado en el Museo Regional "Francisco R. Mazzoni" de Maldonado, del 7 al 9 de octubre de 1994.

Por Susana CAVELLINI

INTRODUCCION

Desde hace varios años venimos trabajando en diferentes ámbitos en el área de Arqueología y Educación. (Cavellini, 1992, 1994) En esta oportunidad vamos a exponer nuestro trabajo más reciente en el entorno del Museo Nacional de Antropología, institución que desde su apertura al público (1988) tuvo una seria preocupación sobre el tema.

A comienzos de 1994 el Servicio Educativo del MNA elaboró seis propuestas diferentes de visitas orientadas que abarcaron el total de los discursos museográficos disponibles (Arqueología y Antropología Social) y que fueron ofrecidas fundamentalmente a la Enseñanza Primaria Pública.

Una de estas seis propuestas, elaborada únicamente a partir de la Colección de Arqueología Nacional, es la que motiva el presente trabajo. Antes de describir los objetivos, las estrategias y los resultados de la propuesta que desarrollaremos,  debemos considerar algunos aspectos que están relacionados con el porqué del planteamiento de un trabajo con las características del que venimos realizando. Estos aspectos están vinculados con la constatación de problemáticas diferentes.

Por un lado aquella que plantean las colecciones y las exposiciones de Arqueología Nacional que se encuentran en museos, casas de cultura, etc. de nuestro país, ya la hemos tratado, sin embargo la resumiremos brevemente señalando que la  mayoría de las colecciones de Arqueología Nacional son el producto de la recolección y apreciación estética de los coleccionistas y de las investigaciones asistemáticas practicadas por los aficionados a la disciplina. (1)

(1)  No  es nuestro propósito desconocer la labor de los pioneros de nuestra disciplina, solamente nos limitamos a señalar una realidad.

Las exposiciones tradicionales de estas colecciones se nos presentan como meras exhibiciones de objetos que, recuperados con metodologías poco rigurosas, han perdido la relación con su contexto y presentan dificultades a la hora de poder comunicar contextos culturales. La falta de personal capacitado y de recursos económicos agudiza esta situación (Cavellini,1994)

La colección de Arqueología del MNA no escapa a estas consideraciones, en cuanto a su naturaleza, pero su presentación al público constituye una excepción en donde ha habido un esfuerzo particular por paliar la situación que mencionáramos anteriormente.

El otro aspecto a considerar es aquel que tiene que ver con nuestra Enseñanza Primaria y Media, en donde los conocimientos respecto a nuestro pasado prehistórico o están ausentes, o son reducidos a un esquema estereotipado y falaz donde se ignoran diez mil años de procesos culturales. (2) (Cabrera, 1982)

(2)  El análisis de las causas de esta ausencia excede los objetivos de este trabajo.

La ineficacia de las exposiciones tradicionales de arqueología en trasmitir contenidos culturales, la imposibilidad que tienen de ir cambiando a la luz de los resultados de las más recientes investigaciones arqueológicas, sumado a la ausencia del tema en los planes y textos de la enseñanza primaria y media, da como resultado el desconocimiento del desarrollo cultural de nuestro pasado prehistórico y de su profundidad temporal en la mayoría de la población nacional. Ante la necesidad de contribuir para revertir esta situación, es que planteamos una propuesta de visita al Museo elaborada únicamente a partir de la Colección de Arqueología Nacional. Esta propuesta, que denominamos "La Producción Material en la Cotidianeidad de Nuestra Prehistoria"  tiene como objetivos generales:

a) la aproximación a la construcción (Coll Salvador, 1990) del conocimiento sobre nuestro pasado prehistórico y

b) la desmitificación (3) del objeto arqueológico a partir de la experiencia directa con los mismos.

(3)  Desmistificación en tanto el objeto arqueológico, que hoy se encuentra separado de su contexto y expuesto aisladamente en una vitrina, es el resultado de las pautas culturales de los grupos humanos que lo hicieron posible y parte de la vida cotidiana.

La experiencia directa con los objetos (su manipulación) es para nosotros el punto de partida, es la realidad de la cual se desprende un universo de informaciones y de relaciones. Ella misma es el medio por el cual intentamos alcanzar los objetivos planteados, en donde nosotros en tanto arqueólogos asumimos el rol de mediadores entre el sujeto y el objeto.

EL MUSEO INVITA A LA ESCUELA

Cuando la escuela llega al museo, la actividad se desarrolla en varias etapas:

I  = Se recibe a los escolares, se presenta el Museo y entablándose el diálogo nos aproximamos entre todos a  definir  el Museo y sus funciones.

II  = Se distribuye entre los no más de treinta escolares los materiales arqueológicos de los que disponemos para trabajar. La mayoría de estos materiales son originales (4), excepto algunas copias (5), que presentamos como tales. Les solicitamos que empleen sus sentidos y que establezcan  diferencias sobre las cualidades de los materiales ofrecidos.

A través de tres interrogantes: de que están hechos, como fueron hechos y para que fueron hechos, se plantea un intercambio enriquecedor entre los escolares y el arqueólogo que oficia de mediador, que asegura el abordaje de aspectos tecnológicos y simbólicos de la cultura, en el espacio y el tiempo. Las interrogantes planteadas responden a tres criterios diferentes de análisis de los materiales arqueológicos que se ofrecen: materia prima, técnicas de fabricación y funciones.

(4)  Los materiales arqueológicos que distribuimos proceden de donaciones hechas por particulares, que el Museo recibe informando al donante que serán utilizadas en el área de la educación.

(5) Las copias que utilizamos están realizadas en el taller del Museo.

III = A continuación se produce el acercamiento de los niños a la exposición de arqueología.

IV  = Reunidos nuevamente en el espacio central del Museo, se produce un intercambio de opiniones acerca de lo que han podido apreciar en la exposición.

V = Es el momento del juego en el Museo: se forman cinco grupos de seis escolares cada uno, a los cuales se les entrega una tarjeta en la que se pide que busquen en forma colectiva algún detalle de la muestra, por ejemplo: "¿ si les diéramos un hilo para hacer un collar, cuales, dentro de los objetos arqueológicos que vieron, pueden ser utilizados como cuentas o colgantes para ese collar ?" , "¿ de qué material fueron hechos ?".

VI = La visita de los escolares termina en el taller del Museo en donde se les proporciona arcilla para que modelen algo de lo que vieron y/o tocaron en el marco de las actividades realizadas.

NOTA : Cuando se presentó este trabajo en el Congreso de Arqueología, todos los pasos que se detallan sobre las visitas escolares, estuvieron respaldadas por material fotográfico. El tipo de edición que realizamos no nos permite su reproducción. (Esta nota figura así en el original)

CONSIDERACIONES FINALES

La variación de actividades que proponemos promueven una participación activa de los escolares que impide el aburrimiento tan frecuente de los niños cuando visitan un Museo y evita la copia textual e indiscriminada de toda la información que aparece en los paneles y en las vitrinas que no conduce a nada. Aquí no hay tiempo ni lugar para escribir, sí para mirar, tocar, oler, morder, usar, jugar y modelar. Es así que culminada la última etapa en el Taller llegamos a una permanencia de los chiquilines "haciendo cosas" en el Museo, de una hora y diez minutos aproximadamente. En el transcurso de este tiempo en ningún momento los arqueólogos que coordinamos el trabajo ofrecemos una guía de la exposición en el sentido tradicional, porque consideramos que con ello estaríamos ofreciendo una visión unilateral de la misma.

No estamos diciendo con esto que no aportamos información. Todo lo contrario; solamente que lo hacemos estando atentos a las reacciones de los escolares durante su acercamiento a la exposición.

Los juegos (etapa V) que proponemos son para nosotros mecanismos de evaluación del trabajo realizado previamente. Poder por ejemplo buscar y encontrar en la exposición un artefacto tallado o uno pulido, es haber entendido las diferencias que se producen al aplicar una u otra técnica en el trabajo de la piedra.

En el Taller (etapa VI) explicamos las dos técnicas con las que los ceramistas indígenas modelaron el barro: a) técnicas del rodete  y b) ahuecamiento y estiramiento de una bola de  arcilla. (Coirolo, 1990)

Los objetos modelados por los niños se pueden quedar en el Museo, o ser llevados a la escuela, según lo deseen. Debemos destacar aquí que el 90% de las alfarerías que se modelaron se corresponden con los artefactos que se pudieron manipular.

Los artefactos de hueso (punzones, cuentas,  etc.) que se encuentran en la exposición pero que no forman parte de los artefactos que se ofrecen, no fueron modelados; lo mismo sucede con las reproducciones de pictografías y los petroglifos. En cambio si se modelaron en un 10% los esqueletos indígenas, aún no habiendo podido manipularlos. Creemos que ha incidido aquí el impacto y la curiosidad que el tema de la muerte les provocó.

La evaluación del quehacer de los escolares en las distintas etapas por las que incursionaron nos permite afirmar que los objetivos que al principio nos planteamos se fueron logrando. Nos ha sido informado por parte de los docentes que la experiencia en el Museo, motiva y moviliza a los escolares a seguir trabajando en la clase  y es por ello que somos conscientes que para que la situación de aprendizaje desencadenada en el Museo pueda continuarse en el aula, será necesario profundizar nuestro trabajo en el  sentido de poder ofrecer a docentes y alumnos bibliografía específica sobre los temas tratados, elaborándola con información actualizada y lenguaje accesible.

Creemos poder afirmar que la propuesta de trabajo que hemos desarrollado se ha convertido en una alternativa atractiva y efectiva para la socialización de la arqueología prehistórica desde un ámbito de educación no formal: EL MUSEO.

AGRADECIMIENTOS

Al Lic. Arturo Toscano, Director del MNA, quién posibilitó el desarrollo de este trabajo; a Laura Beovide que colaboró con entusiasmo en la puesta en práctica del mismo; a Andrés  Florines quien tomó las fotografías, y a todos los escolares que han participado porque con ellos hemos aprendido mucho. A todos ellos nuestro más sincero agradecimiento.

BIBLIOGRAFIA

CABRERA PEREZ, Leonel

  1. "El pasado que negamos". Anales del VI Encuentro Nacional y IV Regional de Historia. 115-117. Montevideo.

CAVELLINI, S.

  1. "Arqueología clásica: una experiencia educativa" Primeras Jornadas Nacionales de Antropología. Museo Nacional de Antropología. Separata. Montevideo.
  2. La socialización del conocimiento de la "prehistoria" en "Aportes para el conocimiento de la prehistoria uruguaya". 149-153. Ministerio de Educación y Cultura. Montevideo.

COIROLO, A.

  1. "Prehistoria del Uruguay. Clasificación de los recipientes cerámicos" Dédalo 28: 109-145.San Pablo.

COLL SALVADOR, C.

  1. "Aprendizaje escolar y construcción del conocimiento" Paidés Educador. 206 p. España.

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